El
proyecto titulado “Biorefinería basada en desechos agroindustriales de la
quinua para la producción de azúcares fermentables como plataforma para la
obtención de biocombustibles, biocompuestos y biopolímeros”, presentado por el
Instituto de investigación y desarrollo de procesos químicos de la UMSA, fue el
ganador de la tercera versión del Concurso “Energía Sostenible para todos
2014”, organizado por la Asociación Boliviana de Energías Renovables (ABER) a
nivel nacional.
En un acto desarrollado en la Cámara de la Construcción de Cochabamba, el
presidente de la Asociación Boliviana de Energías Renovables, Miguel Fernández,
afirmó que este año la juventud mostró más interés en los biocombustibles,
puesto que la mayor concentración de trabajos ganadores fue en esa área, es
decir, trabajos que se basan en reutilizar los desechos orgánicos y a partir de
ello producir energía.
El presidente de ABER destacó también la mayor participación de estudiantes de
colegio, universidades e institutos tecnológicos, lo que muestra que todo el
trabajo de difusión que ha realizado la Asociación está dando resultados a
nivel nacional. También significa que los jóvenes se van comprometiendo con el
desarrollo de estas fuentes de energía limpia.
"Bolivia está avanzando a pasos firmes en el tema de energías renovables, se ha
visto que este año se cierra con dos proyectos importantes que son: una planta
solar de 5 megavatios (MW) en Cobija y una planta eólica de 3 MW, que pasará a
generar generar 21 MW. Asimismo, otros proyectos como el de geotermia de Laguna
Colorada que generará 100 MW, los cuales muestran que hay pasos firmes para el
cambio de la matriz energética del país”, enfatizó Fernández en una evaluación
realizada sobre el tema.
Concurso
nacional
El concurso premió dos categorías, la primera a estudiantes de secundaria, pre
promoción y promoción y la segunda a estudiantes de Universidades e institutos
técnicos. Este año los participantes fueron de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y
Beni.
Fernández explicó que las propuestas que se presentaron estaban contempladas en
tres categorías: La investigación diagnóstica de una realidad, basada en la
recolección de datos de fuentes primarias, el planteamiento de una solución
tecnológica a un problema de acceso a la energía, o el estudio de caso de
aplicaciones exitosas de energías renovables en el contexto del área rural de
Bolivia.
El colegio ganador en la categoría estudiantes de secundaria, pre promoción y
promoción fue el Colegio Simón Rodríguez. Con el proyecto “Las botellas
desechables no son basura”, los estudiantes recibieron la suma de Bs 2.000, una
placa de reconocimiento, y adicionalmente una dotación de equipos que funcionan
con energías renovables valorados en Bs 3.000 para el colegio.
En la categoría dos de estudiantes de Universidades e institutos técnicos, los
ganadores del primer lugar fueron: el Instituto de investigación y desarrollo
de procesos químicos, con el trabajo “Biorefinería basada en desechos
agroindustriales de la quinua para la producción de azúcares fermentables como
plataforma para la obtención de biocombustibles, biocompuestos y biopolímeros”,
recibiendo la suma de Bs 3.000, con la posibilidad de que puedan realizar una
práctica industrial en las empresas asociadas a ABER.
Fernández destacó que se hayan sumado nuevos auspiciadores, pues este año se
contó con la participación adicional de nuevas empresas.
Crisis
vs biocombustibles
El uso de biocombustible no sólo se implementa con el fin de solucionar la
crisis económica a nivel global, sino que también plantea una solución
eco-sostenible al gran impacto ambiental generado por los combustibles
derivados del petróleo. Los biocombustibles contribuirían a la expansión de la
matriz energética del país hacia el uso de fuentes de energía renovables, y a
la vez disminuirían la emisión de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, la obtención de etanol de primera generación, usando maíz, trigo y
caña de azúcar podría sufrir ciertas dificultades, debido a la poca cantidad de
tierras disponibles para su cultivo y a la competencia con el mercado
alimenticio.
De esta forma, es necesario visualizar otras materias primas que permitan
producir biocombustibles, como ser, bioetanol, biodiésel, biogás, entre otros,
sin generar un alto impacto en el mercado de los alimentos.
La utilización de residuos lignocelulósicos de la agroindustria subsanaría este
hecho, llamándose en este caso “grassoline” (reemplazante de la gasolina).
La creciente agroindustria de la Quinua Real ha tenido en la última década en
nuestro país una alta demanda en los mercados internacionales. Como cualquier
agroindustria y teniendo a Bolivia como primer exportador mundial, la alta y
creciente acumulación de residuos provenientes, en este caso de la quinua, ha
identificado principalmente al mojuelo y a los tallos como materia prima, ya
sea en su bioconversión y conversión química materiales en azúcares
fermentables. Es necesario realizar diferentes pretratamientos que rompan la
lignina para tener acceso a la celulosa y a la hemicelulosa, para su posterior
despolimerización en azúcares con enzimas que hidrolizan estos componentes
estructurales.
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