El uso de las fuentes de energía
renovable va en aumento en el país. Los datos del Censo Nacional de Población y
Vivienda 2012 (CNPV 2012) indican que el número de hogares que utiliza energía
solar para cocinar alcanza a 1.088, y el número que la utiliza para proveerse
de iluminación y, presumiblemente, de comunicación llega a 31.544.
Aunque el Censo no los
contabiliza es cierto también que en el Chaco Cruceño varias comunidades,
especialmente de menonitas, utilizan pequeños sistemas eólicos para el bombeo
de agua; en cambio, en el altiplano orureño ha ido en aumento el número de sistemas
fotovoltaicos de bombeo de agua.
Junto a esto debe anotarse que
desde enero de 2014 está en funcionamiento el Parque Eólico de Qollpana,
ubicado en el municipio de Pocona Cochabamba, con una potencia instalada
de 3MW; y desde septiembre del mismo año, también se cuenta con el Parque Solar
Fotovoltaico de Cobija, con una potencia instalada de 5 MW.
Sin embargo de lo anotado, el uso
de las fuentes de energía renovable todavía es marginal en el país. De hecho,
el funcionamiento del sector energético boliviano está basado, casi
completamente, en el uso de combustibles fósiles (Diésel, Gasolina, GLP, Gas
Natural); inclusive, la mayor parte de la electricidad (73,60%) es generada por
medio de Centrales Termoeléctricas alimentadas por Gas Natural y Diésel, y sólo
lo restante (27,40%) por medio de Centrales Hidroeléctricas.
En ese marco, en adelante se
evalúa ¿cuál es el potencial de las fuentes de energías renovables existentes
en el país? ¿En qué medida pueden ser aprovechadas? ¿Cuáles son los impedimentos
para su mayor aprovechamiento?
POTENCIAL
DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN BOLIVIA
Posiblemente, la fuente de
energía de mayor potencial aprovechable del país esté constituido por la gran
cantidad de ríos, riachuelos y arroyos con que cuenta el país, los mismos que
pueden ser aprovechados para instalar plantas de generación eléctrica de las
más pequeñas (menores a 2 kW) o de las más grandes (mayores a 5.000 MW).
Los estudios realizados por ENDE
- OLADE (1984) han estimado que el potencial hidroenergético boliviano alcanza
a 39.856,90 MW, capaces de generar 177.999,80 GWh de energía eléctrica. El
mismo estudio confirma que, prácticamente, en todo el país existen corrientes
de agua que pueden ser aprovechadas para la generación eléctrica, sin embargo,
la mayor parte de dicho potencial se encuentra en el noreste boliviano: en los
grandes ríos que circundan Pando y Beni; y en toda la franja subandina, formada
entre la Cordillera Oriental y los valles, y que se extiende desde los yungas
de La Paz hasta Tarija. (Ver Mapa)
También el potencial de energía
solar es considerable en el país. Esto, debido a que el país está ubicado cerca
de la Línea del Ecuador, que es la zona de la Tierra que recibe mayor y más
constante radiación solar. Además, en el caso boliviano, la recepción de esta
radiación es mayor en toda el área de la Cordillera de Los Andes, porque las
elevaciones por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar influyen para
tal efecto.
Ambos factores hacen, que los
niveles de radiación solar existentes en el país se encuentren por encima del
promedio internacional; aunque, valga anotarlo, su distribución no sea uniforme
y, por ende, su potencial tampoco.
En efecto, de acuerdo al “Atlas de distribución de la energía solar en Bolivia” (Lucano & Fuentes, 2010) en los llanos bolivianos (norte de La Paz, Pando, Beni y Santa Cruz) ese potencial puede llegar a un máximo de 5,1 kWh/ m2/día; es decir en toda la región de los valles, ese potencial oscila entre 5,1 y 6,7 kWh/m2/día. No obstante, siendo importantes estos niveles de aprovechamiento, no se comparan con el potencial de energía solar existente en el altiplano, que se encuentra en el rango de 6,7 y 9,5 kWh/m2/ día, el mismo que se refleja en el mapa.
En el “Atlas Eólico de Bolivia”
(3TIER, 2009), se concluye que “el recurso eólico más robusto” está
“concentrado” en cuatro regiones: “alrededor de la ciudad de Santa Cruz de la
Sierra, en su mayoría al sur y al oeste del centro urbano”; “en la frontera
suroeste de Bolivia con Chile y Argentina en el Departamento de Potosí”; “en un
‘corredor’ que va más ó menos de este a oeste entre las ciudades de Santa Cruz
y La Paz que corre al sur de la línea de transmisión de 230 KV entre Santa Cruz y Cochabamba y
ligeramente al norte de la misma entre Cochabamba y La Paz”; “en un ‘corredor’
más o menos norte-sur entre el área justo al este de la ciudad de Oruro y al
oeste de la ciudad de Potosí”. (La primera y la cuarta región están
representadas en el mapa).
Es necesario aclarar, sin
embargo, que la información que contiene el Atlas y las conclusiones que de
ella se derivan corresponden a la fase de prospección y evaluación preliminar
del recurso eólico; siendo importante este avance, como los mismos autores del
Atlas lo reconocen, será preciso realizar más mediciones y pruebas in-situ
antes de encarar algún proyecto eólico en dichas regiones.
En el país sólo se ha estimado el
potencial de la biomasa forestal, es decir, leños y troncas proporcionados por
el bosque, cuya región más promisoria, actualmente, es la zona amazónica del
país, de la cual Se puede obtener entre 600 y 1.200 toneladas de biomasa por
hectárea. (Ver Mapa).
En el pasado, también el
altiplano boliviano poseía un elevado potencial de energía de este tipo,
proveniente de la abundante existencia de Thola, Queñua, Yareta; sensiblemente,
las actividades mineras, el funcionamiento del ferrocarril y otras actividades
industriales ligadas a las mismas acabaron con dicho potencial.
En el presente, sólo los
pobladores rurales alejados de los centros más poblados utilizan la leña como
combustible para cocinar, sensiblemente, en condiciones insalubres e inseguras.
Mejorar este tipo de consumo, y aprovechar de manera más industrial la biomasa
forestal, requiere el desarrollo de tecnologías apropiadas y su aplicación
equilibrada, de tal manera de no alterar el equilibrio de los ecosistemas.
El término biomasa también agrupa
a una serie variada de otros recursos, por ejemplo, productos y desechos
agrícolas (la cascara de castaña en las procesadoras de castaña, la cascarilla
de arroz en las beneficiadoras de arroz), desechos animales y humanos, desechos
industriales (el bagazo de caña en la industria azucarera) y urbanos. Cuyo
potencial energético está en directa relación al volumen de residuos que se
generan.
En el país también hay un
potencial de energía geotérmica, es decir, manifestaciones geotermales
consistentes en manantiales de calor y acumulaciones de vapor al interior de la
tierra, cuyo aprovechamiento adecuado las convertiría en fuentes de energía
permanente.
De acuerdo con Montes de Oca (2005), en la Cordillera Occidental del país se han identificado 21 manifestaciones geotermales, de las cuales las de mayor interés son las del Sajama, Valle del Río Empexa y Lagunas del Sur; en cambio en el Altiplano se han identificado 8 y en la Cordillera Oriental 13 de estas manifestaciones geotermales, entre las que destacan las de Viscachani, Capachos, Tarapaya, Don Diego y Chaqui. (Ver Mapa).
POSIBILIDADES
DE APLICACIÓN DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN BOLIVIA
Las posibilidades de utilización
de las energías renovables en el país, desde el punto de vista tecnológico,
especialmente, para la generación de energía eléctrica, son variadas; el amplio
desarrollo de diferentes aplicaciones tecnológicas para tal fin (turbinas eólicas,
gasificadores de biomasa, placas fotovoltaicas más eficientes, concentradores
solares, luminarias LED, baterías de litio, bombas de agua, calentadores de
agua, etc.) así lo evidencian.
Desde la perspectiva económico
social, por ejemplo, la utilización de sistemas fotovoltaicos parece ser la
opción más factible para dotar de electricidad a las familias que viven en
zonas alejadas y de asentamiento disperso. En el caso específico boliviano,
Miguel Fernández (2010) estima que, al menos, el 60% de los hogares que no
cuentan con electricidad en el país, pueden acceder a la misma sólo por este
medio. A la luz de los nuevos datos del Censo 2012 ello significa que de las
496.663 familias que hoy viven en penumbra, al menos, 300.000 pueden obtener
iluminación y comunicación por medio de la energía solar.
En el área rural y a nivel
familiar o comunal también se puede utilizar y, de hecho, actualmente algunos
hogares y comunidades utilizan secadores solares para deshidratar distintos
productos (carne, ajíes, maníes, frutas, etc.) y sistemas fotovoltaicos de
bombeo de agua.
Aunque en menor cantidad, en el
área rural boliviana, también se utilizan cocinas eficientes de leña,
biodigestores, y aerogeneradores de pequeña potencia.
También en el área rural, aunque
a una escala de población mayor, también se utilizan en el país microcentrales
hidroeléctricas, cuya única limitación, si vale el término, es que tiene que
estar emplazada cerca de la población beneficiaria, de lo contrario, los costos
de transporte de energía, no harían factible este tipo de emprendimientos.
Este último criterio, con
seguridad, también primaría en proyectos eólicos y geotérmicos de pequeña
escala.
Las energías renovables también
son pasibles de ser aplicadas en el ámbito urbano y a gran escala. En el caso
boliviano, un ejemplo de ello son las 25 Centrales Hidroeléctricas en actual
funcionamiento en el país, la Planta Solar Fotovoltaica de Cobija y el Parque
Eólico de Qollpana, y las aplicaciones de Sistemas Termosolares existentes en diferentes
ciudades.
Sin embargo de todas estas
posibilidades de aplicación de las energías renovables, una traba fuerte para
su mayor difusión, en el caso específico boliviano, tiene que ver con que los
costos iniciales para su aplicación son demasiados elevados y no siempre posibles
de ser realizados, por una familia, un gobierno municipal, una gobernación, o
el propio gobierno central; pero también tiene que ver con los precios
subvencionados del gas natural (GN) y el diésel para la generación de energía
eléctrica, situación que inhibe la realización de proyectos de energía basados
en fuentes renovables.
EL AVANCE DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN BOLIVIA
Desde la nacionalización de la Empresa
Nacional de Electricidad (ENDE) la utilización de las energías renovables ha
vuelto a ingresar en las políticas públicas y en la agenda de proyectos de
dicha institución.
En efecto, actualmente se cuenta con la
“Política de Energías Alternativas para el Sector Eléctrico en el Estado
Plurinacional de Bolivia” que establece los lineamientos y las estrategias “que
permitan el desarrollo de programas generales para la adecuación de proyectos
específicos, con base a las fuentes de energías alternativas” (2011)
En relación a los proyectos es evidente
que existe prioridad por los proyectos hidroenergéticos, pues, están en
construcción tres proyectos hidroeléctricos
(Misicuni Fase I y II, Miguillas y San
José), paralelamente, el Proyecto Hidroeléctrico Rositas se encuentran en etapa
de diseño final; y otros cinco proyectos se encuentran en estudio de
factibilidad (Tahuamanu, Cachuela esperanza, Angosto del Bala, Río Madera,
Ivirizu).
No obstante, la Empresa Eléctrica Corani
ya está ejecutando la segunda fase del Parque Eólico de Qollpana “que incluye
la adquisición y montaje de 8 aerogeneradores” con una potencia en conjunto de
24 MW. También ha iniciado los estudios para la realización de los parques
eólicos Warnes, el Dorado y San Julian, todos en el Departamento de Santa Cruz.
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