viernes, 23 de octubre de 2015

Perspectivas de las Energías Renovables en Bolivia

El uso de las fuentes de energía renovable va en aumento en el país. Los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 (CNPV 2012) indican que el número de hogares que utiliza energía solar para cocinar alcanza a 1.088, y el número que la utiliza para proveerse de iluminación y, presumiblemente, de comunicación llega a 31.544.

Aunque el Censo no los contabiliza es cierto también que en el Chaco Cruceño varias comunidades, especialmente de menonitas, utilizan pequeños sistemas eólicos para el bombeo de agua; en cambio, en el altiplano orureño ha ido en aumento el número de sistemas fotovoltaicos de bombeo de agua.

Junto a esto debe anotarse que desde enero de 2014 está en funcionamiento el Parque Eólico de Qollpana, ubicado en el municipio de Pocona  Cochabamba, con una potencia instalada de 3MW; y desde septiembre del mismo año, también se cuenta con el Parque Solar Fotovoltaico de Cobija, con una potencia instalada de 5 MW.

Sin embargo de lo anotado, el uso de las fuentes de energía renovable todavía es marginal en el país. De hecho, el funcionamiento del sector energético boliviano está basado, casi completamente, en el uso de combustibles fósiles (Diésel, Gasolina, GLP, Gas Natural); inclusive, la mayor parte de la electricidad (73,60%) es generada por medio de Centrales Termoeléctricas alimentadas por Gas Natural y Diésel, y sólo lo restante (27,40%) por medio de Centrales Hidroeléctricas.

En ese marco, en adelante se evalúa ¿cuál es el potencial de las fuentes de energías renovables existentes en el país? ¿En qué medida pueden ser aprovechadas? ¿Cuáles son los impedimentos para su mayor aprovechamiento?

POTENCIAL DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN BOLIVIA
Posiblemente, la fuente de energía de mayor potencial aprovechable del país esté constituido por la gran cantidad de ríos, riachuelos y arroyos con que cuenta el país, los mismos que pueden ser aprovechados para instalar plantas de generación eléctrica de las más pequeñas (menores a 2 kW) o de las más grandes (mayores a 5.000 MW).

Los estudios realizados por ENDE - OLADE (1984) han estimado que el potencial hidroenergético boliviano alcanza a 39.856,90 MW, capaces de generar 177.999,80 GWh de energía eléctrica. El mismo estudio confirma que, prácticamente, en todo el país existen corrientes de agua que pueden ser aprovechadas para la generación eléctrica, sin embargo, la mayor parte de dicho potencial se encuentra en el noreste boliviano: en los grandes ríos que circundan Pando y Beni; y en toda la franja subandina, formada entre la Cordillera Oriental y los valles, y que se extiende desde los yungas de La Paz hasta Tarija. (Ver Mapa)

También el potencial de energía solar es considerable en el país. Esto, debido a que el país está ubicado cerca de la Línea del Ecuador, que es la zona de la Tierra que recibe mayor y más constante radiación solar. Además, en el caso boliviano, la recepción de esta radiación es mayor en toda el área de la Cordillera de Los Andes, porque las elevaciones por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar influyen para tal efecto.

Ambos factores hacen, que los niveles de radiación solar existentes en el país se encuentren por encima del promedio internacional; aunque, valga anotarlo, su distribución no sea uniforme y, por ende, su potencial tampoco.

En efecto, de acuerdo al “Atlas de distribución de la energía solar en Bolivia” (Lucano & Fuentes, 2010) en los llanos bolivianos (norte de La Paz, Pando, Beni y Santa Cruz) ese potencial puede llegar a un máximo de 5,1 kWh/ m2/día; es decir en toda la región de los valles, ese potencial oscila entre 5,1 y 6,7 kWh/m2/día. No obstante, siendo importantes estos niveles de aprovechamiento, no se comparan con el potencial de energía solar existente en el altiplano, que se encuentra en el rango de 6,7 y 9,5 kWh/m2/ día, el mismo que se refleja en el mapa.

En el “Atlas Eólico de Bolivia” (3TIER, 2009), se concluye que “el recurso eólico más robusto” está “concentrado” en cuatro regiones: “alrededor de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en su mayoría al sur y al oeste del centro urbano”; “en la frontera suroeste de Bolivia con Chile y Argentina en el Departamento de Potosí”; “en un ‘corredor’ que va más ó menos de este a oeste entre las ciudades de Santa Cruz y La Paz que corre al sur de la línea de transmisión de 230 KV entre Santa Cruz y Cochabamba y ligeramente al norte de la misma entre Cochabamba y La Paz”; “en un ‘corredor’ más o menos norte-sur entre el área justo al este de la ciudad de Oruro y al oeste de la ciudad de Potosí”. (La primera y la cuarta región están representadas en el mapa).

Es necesario aclarar, sin embargo, que la información que contiene el Atlas y las conclusiones que de ella se derivan corresponden a la fase de prospección y evaluación preliminar del recurso eólico; siendo importante este avance, como los mismos autores del Atlas lo reconocen, será preciso realizar más mediciones y pruebas in-situ antes de encarar algún proyecto eólico en dichas regiones.

En el país sólo se ha estimado el potencial de la biomasa forestal, es decir, leños y troncas proporcionados por el bosque, cuya región más promisoria, actualmente, es la zona amazónica del país, de la cual Se puede obtener entre 600 y 1.200 toneladas de biomasa por hectárea. (Ver Mapa).

En el pasado, también el altiplano boliviano poseía un elevado potencial de energía de este tipo, proveniente de la abundante existencia de Thola, Queñua, Yareta; sensiblemente, las actividades mineras, el funcionamiento del ferrocarril y otras actividades industriales ligadas a las mismas acabaron con dicho potencial.

En el presente, sólo los pobladores rurales alejados de los centros más poblados utilizan la leña como combustible para cocinar, sensiblemente, en condiciones insalubres e inseguras. Mejorar este tipo de consumo, y aprovechar de manera más industrial la biomasa forestal, requiere el desarrollo de tecnologías apropiadas y su aplicación equilibrada, de tal manera de no alterar el equilibrio de los ecosistemas.

El término biomasa también agrupa a una serie variada de otros recursos, por ejemplo, productos y desechos agrícolas (la cascara de castaña en las procesadoras de castaña, la cascarilla de arroz en las beneficiadoras de arroz), desechos animales y humanos, desechos industriales (el bagazo de caña en la industria azucarera) y urbanos. Cuyo potencial energético está en directa relación al volumen de residuos que se generan.

En el país también hay un potencial de energía geotérmica, es decir, manifestaciones geotermales consistentes en manantiales de calor y acumulaciones de vapor al interior de la tierra, cuyo aprovechamiento adecuado las convertiría en fuentes de energía permanente.

De acuerdo con Montes de Oca (2005), en la Cordillera Occidental del país se han identificado 21 manifestaciones geotermales, de las cuales las de mayor interés son las del Sajama, Valle del Río Empexa y Lagunas del Sur; en cambio en el Altiplano se han identificado 8 y en la Cordillera Oriental 13 de estas manifestaciones geotermales, entre las que destacan las de Viscachani, Capachos, Tarapaya, Don Diego y Chaqui. (Ver Mapa).

POSIBILIDADES DE APLICACIÓN DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN BOLIVIA
Las posibilidades de utilización de las energías renovables en el país, desde el punto de vista tecnológico, especialmente, para la generación de energía eléctrica, son variadas; el amplio desarrollo de diferentes aplicaciones tecnológicas para tal fin (turbinas eólicas, gasificadores de biomasa, placas fotovoltaicas más eficientes, concentradores solares, luminarias LED, baterías de litio, bombas de agua, calentadores de agua, etc.) así lo evidencian.

Desde la perspectiva económico social, por ejemplo, la utilización de sistemas fotovoltaicos parece ser la opción más factible para dotar de electricidad a las familias que viven en zonas alejadas y de asentamiento disperso. En el caso específico boliviano, Miguel Fernández (2010) estima que, al menos, el 60% de los hogares que no cuentan con electricidad en el país, pueden acceder a la misma sólo por este medio. A la luz de los nuevos datos del Censo 2012 ello significa que de las 496.663 familias que hoy viven en penumbra, al menos, 300.000 pueden obtener iluminación y comunicación por medio de la energía solar.

En el área rural y a nivel familiar o comunal también se puede utilizar y, de hecho, actualmente algunos hogares y comunidades utilizan secadores solares para deshidratar distintos productos (carne, ajíes, maníes, frutas, etc.) y sistemas fotovoltaicos de bombeo de agua.

Aunque en menor cantidad, en el área rural boliviana, también se utilizan cocinas eficientes de leña, biodigestores, y aerogeneradores de pequeña potencia.

También en el área rural, aunque a una escala de población mayor, también se utilizan en el país microcentrales hidroeléctricas, cuya única limitación, si vale el término, es que tiene que estar emplazada cerca de la población beneficiaria, de lo contrario, los costos de transporte de energía, no harían factible este tipo de emprendimientos.

Este último criterio, con seguridad, también primaría en proyectos eólicos y geotérmicos de pequeña escala.

Las energías renovables también son pasibles de ser aplicadas en el ámbito urbano y a gran escala. En el caso boliviano, un ejemplo de ello son las 25 Centrales Hidroeléctricas en actual funcionamiento en el país, la Planta Solar Fotovoltaica de Cobija y el Parque Eólico de Qollpana, y las aplicaciones de Sistemas Termosolares existentes en diferentes ciudades.

Sin embargo de todas estas posibilidades de aplicación de las energías renovables, una traba fuerte para su mayor difusión, en el caso específico boliviano, tiene que ver con que los costos iniciales para su aplicación son demasiados elevados y no siempre posibles de ser realizados, por una familia, un gobierno municipal, una gobernación, o el propio gobierno central; pero también tiene que ver con los precios subvencionados del gas natural (GN) y el diésel para la generación de energía eléctrica, situación que inhibe la realización de proyectos de energía basados en fuentes renovables.


EL AVANCE DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN BOLIVIA
Desde la nacionalización de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) la utilización de las energías renovables ha vuelto a ingresar en las políticas públicas y en la agenda de proyectos de dicha institución.

En efecto, actualmente se cuenta con la “Política de Energías Alternativas para el Sector Eléctrico en el Estado Plurinacional de Bolivia” que establece los lineamientos y las estrategias “que permitan el desarrollo de programas generales para la adecuación de proyectos específicos, con base a las fuentes de energías alternativas” (2011)

En relación a los proyectos es evidente que existe prioridad por los proyectos hidroenergéticos, pues, están en construcción tres proyectos hidroeléctricos

(Misicuni Fase I y II, Miguillas y San José), paralelamente, el Proyecto Hidroeléctrico Rositas se encuentran en etapa de diseño final; y otros cinco proyectos se encuentran en estudio de factibilidad (Tahuamanu, Cachuela esperanza, Angosto del Bala, Río Madera, Ivirizu).

No obstante, la Empresa Eléctrica Corani ya está ejecutando la segunda fase del Parque Eólico de Qollpana “que incluye la adquisición y montaje de 8 aerogeneradores” con una potencia en conjunto de 24 MW. También ha iniciado los estudios para la realización de los parques eólicos Warnes, el Dorado y San Julian, todos en el Departamento de Santa Cruz.

Por su parte, ENDE tiene a su cargo la realización del estudio a diseño final del Proyecto Geotérmico Laguna Colorada que tiene por objetivo generar “energía eléctrica aprovechando el vapor geotérmico del Campo Sol de Mañana de la Laguna Colorada, en la provincia Sud Lípez de Potosí”.

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