sábado, 8 de octubre de 2011

Experto Propone Generar Energía Eléctrica en Base a la Quema de Cáscara de Arroz

Se podría utilizar las 175 toneladas de remanente del arroz que se tiene anualmente en Santa Cruz para producir hasta 138 MW de energía, indica el especialista en temas ambientales y en gestión de residuos sólidos, Walter Rodríguez. Además, plantea la recuperación de residuos para la generación de valor agregado a través del reciclaje. Sólo un 24% de las 829 toneladas métricas diarias de basura en Santa Cruz no es reutilizable.

Santa Cruz podría generar hasta 138 MW adicionales de energía eléctrica aprovechando únicamente los remanentes de la industria del arroz, aseguró el consultor en temas ambientales, Walter Rodríguez, al referirse a la implementación de una planta que permita dar un mejor destino a la cáscara o ‘chala’ de arroz.

Rodríguez resalta que Bolivia está atravesando por una situación difícil en materia de generación energética, donde la brecha entre la oferta y la demanda de electricidad sería muy pequeña, en ese marco, indica que la implementación de una planta de cogeneración en el norte integrado permitiría aprovechar más de 486 toneladas día y cerca de 175 mil toneladas anuales para generar electricidad adicional.

Explicó que la tecnología necesaria para utilizar el tamo de arroz como biomasa para la obtención de electricidad es similar a la utilizada en el ingenio Guabirá para la generación con bagazo de caña de azúcar y acotó que la inversión requerida para este proyecto estaría bordeando los dos millones de dólares.

Agregó que como parte del impacto ambiental se estaría evitando la emisión de gases por descomposición de las ingentes cantidades de estos deshechos o por su combustión común. Adicionalmente, Rodríguez estima que los residuos del proceso de cogeneración con tamo de arroz, pueden ser utilizados para la elaboración de fertilizantes que permitan potenciar los suelos.

SOLUCIÓN INTEGRAL EN MATERIA DE GESTIÓN DE RESIDUOS
Por otro lado, el experto consideró que el problema sanitario en Santa Cruz referido a la recolección y aprovechamiento de deshechos, requiere de un plan integral que permita reciclar alrededor del 76 % de las 829 toneladas métricas de basura que genera esta urbe diariamente.

Acotó que ese 76% de residuos es equivalente a 623 toneladas métricas diarias que están compuestas, entre otros materiales, por plásticos PET, papeles, cartones, vidrio y materia orgánica; mientras que sólo el restante 24%, es decir 206 toneladas aproximadamente no son reutilizables. Según el experto, un plan con estas características habría sido presentado al Consejo Municipal el pasado año, sin obtener respuestas hasta la fecha.

RECICLAJE DE LLANTAS Y PILAS
Por otro lado refirió que su plan contempla el reciclaje de papel, cartón y vidrios, además, dijo que es posible reciclar otros elementos que actualmente complican el sistema de recojo de basura por sus compuestos contaminantes y su perenne periodo de descomposición, como son las llantas y pilas o baterías. En el caso de las llantas, afirmó que en Santa Cruz, de forma diaria, se podrían recoger aproximadamente 220 unidades, cuya materia prima, el caucho, podría ser industrializado.

“En principio se podría hacer artesanías y el residuo se puede utilizar para hacer macadám, que son planchas de concreto para la construcción de campos deportivos o carreteras, entre otras cosas”, aseguró y agregó que otro uso para las llantas sería la construcción de pilotes en las riberas del Río Piraí, para la conservación de este afluente.

En cuanto a las pilas y baterías, indica que el método de encapsulamiento no es precisamente el más recomendable, debido a que se pueden reutilizar sus componentes, como la masa orgánica contenida en la pila que, al procesarla, puede transformarse en herbicida. Además, sostiene que el carbón grafitado que está en el centro de cada batería o pila también puede ser recuperable para reutilizarlo en aplicaciones eléctricas.

OTROS DESHECHOS UTILIZABLES
“Lo que se tiene que hacer es recuperar todos los remanentes de los residuos sólidos que tienen valor agregado”, refirió. Rodríguez encuentra que hay mucho por hacer en materia de aprovechamiento de residuos, como la producción de biocombustibles con residuos de la industria oleaginosa, además de la reutilización de los aceites vegetales usados para la producción de metanol orgánico.

Según el experto, la implementación de una planta que pueda aprovechar los aceites vegetales usados de industrias y comercios de alimentos tendría un costo de 2 millones de dólares aproximadamente y permitiría obtener cerca de 10 mil litros diarios de biocombustibles.

Finalmente se refirió a la potencial materia prima que se desperdicia en los mataderos municipales del país, entre ellos la rúmea, residuo alimenticio que es alojado en el sistema digestivo del ganado vacuno y que es desechado a la basura en el proceso de faeneo, el cual podría recuperarse para la generación de biogás.

Santa Cruz puede implementar una planta para producir carbón activado
Uno de los más recientes proyectos elaborados por Rodríguez es la Propuesta Técnica Económica para la Producción de carbón activado, presentado al municipio el pasado mes de agosto, mediante el cual se pretende aprovechar los componentes del coco de cusi, tradicional planta del oriente boliviano, para la obtención de carbón activado, además de aceites y materias primas para alimentos precocidos.

Según Rodríguez el carbón activado tiene un amplio mercado en Bolivia, en la industria de la cerveza, gaseosas, alimenticia y medicinal, principalmente en el tratamiento de agua potable; también es utilizable en el tratamiento de líquidos empetrolados y en la recuperación de colas de oro – plata y de minerales estratégicos.

La materia prima para la producción de este insumo industrial, indicó, estaría asentada en la Chiquitanía cruceña, donde más de 70 mil hectáreas producen de manera natural la palma de cusi y su fruto.

El proyecto implica una inversión total de $us 5.5 millones de dólares, que serían utilizados para la construcción de una planta de fraccionado, que comprende áreas de recepción, galpones, garajes, áreas de proceso, social y administrativas; además de la construcción e instalación de la planta industrial.

Con dicha inversión, Rodríguez estima la recuperación de $us 40.4 millones al año, fruto de la comercialización del carbón activado y otros derivados del coco de cusi. Además de un impacto económico que podría beneficiar a más de 800 personas, quienes encontrarían fuentes laborales en este emprendimiento.

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