El presidente de Bolivia, Evo Morales, propuso ayer que empresas japonesas como Toyota construyan sus vehículos eléctricos en este país, como condición para ser socios en la explotación de las grandes reservas bolivianas de litio.
El mandatario hizo la propuesta ante una misión de 40 funcionarios y empresarios japoneses que está en La Paz para ofrecer una "decidida cooperación" al desarrollo económico de Bolivia, en el marco de una nueva asociación vinculada al litio, metal usado para baterías de autos eléctricos.
Morales dijo que para Bolivia "se acabó" la exportación de materias primas y que su deseo es "contar con un Toyota a litio, pero hecho en Bolivia".
En la inauguración de un foro sobre "Desarrollo de sectores estratégicos en Bolivia", patrocinado por Japón, el mandatario explicó que no quiere "sólo llegar hasta el carbonato de litio", sino producir "carros de litio desde Bolivia", para lo cual busca "socios".
"Las inversiones de cualquier empresario, país, empresas de Estado o privadas serán respetadas", prometió Morales, en referencia a los temores de empresarios extranjeros tras varias nacionalizaciones y expropiaciones que decretó desde que llegó al poder en 2006.
El mandatario afirmó ante los empresarios japoneses que la nueva Constitución boliviana, promulgada por él en 2009, garantiza la seguridad jurídica.
Las reservas bolivianas de litio están en el salar de Uyuni, una explanada de diez mil kilómetros cuadrados situada a 3.700 metros sobre el nivel del mar, donde actualmente se construye una planta para producir pequeñas cantidades de carbonato de litio.
El objetivo de Morales es conseguir un socio que quiera instalar una fábrica de baterías de litio y automóviles eléctricos en Bolivia, posiblemente en el mismo Uyuni, pero hasta ahora ninguna de las empresas interesadas en el metal ha hecho esa oferta por el alto riesgo de invertir en Bolivia, según analistas.
Antes de hablar Morales en el foro, el viceministro parlamentario de Economía, Comercio e Industria de Japón, Kaname Tajima, que encabeza la misión de empresarios y funcionarios, propuso una nueva etapa en la cooperación de ambos países.
Tajima puso como ejemplo el modelo de desarrollo japonés en los últimos 60 años, la reconstrucción de su país después de la Segunda Guerra Mundial y su crecimiento tecnológico, y mencionó las áreas de la economía boliviana en las que Japón puede ayudar.
Detalló que puede aportar, por ejemplo, a la formación de recursos humanos, a la reducción de la pobreza, al fomento de políticas industriales, dotación de infraestructuras y estímulos al desarrollo de las regiones.
Según Kaname Tajima, Bolivia tiene "ventajas comparativas excepcionales" como sus recursos mineros.
Industrialización Requiere Tiempo
Las empresas japonesas no pueden comenzar "de la noche a la mañana" la industrialización del litio en Bolivia con fábricas para baterías de ese metal o de automóviles eléctricos, afirmó ayer un alto funcionario del Gobierno nipón, en réplica a una petición del presidente Evo Morales.
El viceministro parlamentario de Economía, Comercio e Industria de Japón, Kaname Tajima, hizo el comentario en rueda de prensa, al ser consultado sobre la exigencia de Morales de que se instale en Bolivia una fábrica de vehículos eléctricos, como condición para ser socios en la explotación del litio.
"La capacitación del capital humano es lo más importante. Esas fábricas de baterías de litio que acaba de mencionar no se las puede hacer de la noche a la mañana", dijo Tajima.
Recordó que Japón tardó tiempo en crear grandes fábricas desde que comenzó su actividad industrial con recursos naturales incipientes tras la Segunda Guerra Mundial.
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