Con precios que llegan incluso a los Bs. 100 por cada unidad de gas licuado de petróleo (GLP), adquirirlo se ha convertido en un lujo aparte y al que pocos pueden acceder en el municipio de Coroico en el departamento de La Paz.
La situación es compleja, pero más que eso, inaguantable para aproximadamente 5 mil almas que viven en este municipio, declarado, paradójicamente, el Primero en Turismo para el Estado Plurinacional de Bolivia.
La escasez de GLP que golpea los hogares en las principales capitales de departamento del país, también llegó a Coroico, una población distante aproximadamente a 140 kilómetros de la ciudad de La Paz.
El pasado martes 13 de agosto, el camión que habitualmente llegaba a esta población, semana, tras semana, no apareció casi 20 días. Cuando llegó a Coroico, una muchedumbre esperaba ansiosa el cargamento: al menos 1.000 unidades de GLP.
La fila era interminable. La plaza principal parecía el planeta Saturno, por los anillos que rodean al gigante de la vía láctea. La gente agolpada una tras otra en al menos cinco círculos alrededor de la plaza, tenía solo una esperanza, comprar una garrafa de GLP para suplir la falta del energético en los hogares. Como era de esperar, algunos lograron su cometido, los más madrugadores. Pero la mayoría se quedó en la lista de espera.
“Pagamos lo que sea por tener el GLP. Con la falta del energético en la casa, compramos incluso en Bs 100, otros, los más afortunados pagaron Bs 25, a precio en el cual vende el camión”, relató, Amanda Luján, ama de casa.
Engarrafadora de GLP en Coroico
El tema del abastecimiento energético siempre fue un problema en Coroico. El Ministerio de Hidrocarburos y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), fijaron hace años en Bs 22,50 el precio oficial de una garrafa de GLP; sin embargo, en esta población, adquirirlo a ese costo, es una utopía.
A pesar que Coroico está cerca de la capital política del país, la población, en su mayoría, campesina e indígena, vive a salto de mata por la falta de energía.
Como no hay GLP y si existe cuesta más de lo que puede pagar, apela a la leña para suplir el energético. La electricidad también se ha convertido en un lujo.
Frente a esta realidad el alcalde de Coroico, Ángel Miranda Huanca, decidió iniciar acciones orientadas a paliar, en algo, la falta de GLP en el municipio que maneja bajo su responsabilidad.
Inició tratativas al más alto nivel para que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), pueda instalar en esta población una engarrafadora de GLP.
La iniciativa de la que tiene ahora conocimiento la dirección ejecutiva de la empresa estatal del petróleo, por ahora es proyecto pero “avanzará a su consecución en tiempo récord”, aseguran los asesores del burgomaestre que viajó hasta la ciudad de La Paz para exigir soluciones a la falta de energía que vive la población en este municipio.
Biodigestores
En los últimos días, una propuesta novedosa paralela a la engarrafadora, comenzó a circular en Coroico para que las instituciones más representativas, puedan considerarla como alternativa a la falta de GLP, al menos, mientras se hace realidad el proyecto del alcalde.
Los biogestores
Los biodigestores son sistemas que aprovechan el estiércol del ganado para producir biogás y biol. El biogás puede ser empleado en una cocina sustituyendo la leña o el GLP. El biol, es un fertilizante ecológico que se aplica a los cultivos mediante sistemas de riego o como fertilizante foliar, comentó a Energy Press, el doctor en desarrollo y gestión agropecuaria, Ciro Rodríguez.
De amplia trayectoria en Bolivia, este profesional boliviano ya tuvo experiencias significativas en el tema de los biodigestores en algunas poblaciones del altiplano paceño. Patacamaya y Cairoma.
El proyecto muy bien puede calzar en Coroico, pero se debe analizar, adecuadamente, las condiciones en las que se podría comenzar a implantar para beneficio de miles de familias, que hoy solo tienen a la leña, como combustible alternativo al GLP, señala Rodríguez.
En Bolivia desde el 2007 el Proyecto Endev apoyó a esta tecnología hasta mediados del 2012.
Actualmente cuenta con una red de aliados nacionales e internacionales a quienes se les transfirió conocimientos técnicos y de gestión para la implementación de biodigestores.
Un biodigestor es como un tanque de plástico herméticamente cerrado, que al ser cargado con estiércol fresco y agua (digestión anaeróbea), produce biogás y biol.
Estos sistemas pueden ser implementados por aquellas familias que accedan al agua todo el año y tengan la facilidad de recoger un balde de estiércol (20 kilogramos) cada mañana, dice el experto.
Biogestores: beneficio biol
Por otra parte, el biol es un fertilizante ecológico que se produce a través de la fermentación del estiércol dentro del biodigestor, y su utilidad en los cultivos puede aumentar la productividad entre 20% a 50% de forma ecológica, añade Rodríguez.
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