Al 1 de enero de 2005, el último informe de la certificadora DeGolyer and MacNaughton establece que las reservas probadas de petróleo crudo y condensado totalizaban 465,2 millones de barriles (MMBbl), de los cuales 447,3 MMBbl son de condensado y 17,9 MMBbl de crudo.
Rodríguez estima que las reservas disminuyeron en función al agotamiento natural de los yacimientos sometidos a un proceso de explotación constante.
Con datos oficiales de YPFB, explicó que en los últimos cinco años Bolivia ha producido y consumido alrededor de 68,3 MMBbl de condensados y 17,9 MMBbl de crudo, teniendo a la fecha 379,02 MMBbl del primero y prácticamente nada del segundo.
Rodríguez señala que aún quedan 3,9 MMBld de crudo porque existen pozos que tienen aún reservas que no fueron certificadas.
“Entre enero de 2005 y septiembre de 2010, para ser más precisos en los últimos cinco años y 11 meses, los bolivianos hemos consumido todas nuestras reservas de petróleo crudo y los 3,9 millones de barriles que aún quedan corresponden a siete pozos que están produciendo por encima de lo certificado hace cinco años”, explica.
El impacto del agotamiento de las reservas de petróleo crudo tiene que ver con el uso de este hidrocarburo. Entre el petróleo condensado y el crudo existe gran diferencia. Del primero se obtienen derivados livianos como gasolinas livianas, naftas y vaselinas, mientras que del segundo, diesel oil, jet fuel, kerosene y gasolinas de alto octanaje, que son los que tienen más demanda y son de mayor calidad.
Considerando que actualmente Bolivia produce y consume un promedio de 5.500 barriles de crudo al día, se estima que las refinerías de Cochabamba y Santa Cruz tendrán petróleo crudo por los próximos dos o tres años para producir carburantes y lubricantes de calidad; después habrá que pensar en importar más crudo y sus derivados.
Causas
Entre las causas que precipitaron el agotamiento de las reservas de petróleo crudo, Prado mencionó que las empresas que capitalizaron la industria petrolera nacional priorizaron el mercado externo del gas y no el mercado interno del petróleo, destinado a la producción de carburantes y lubricantes para el mercado nacional.
En criterio de Rodríguez, lo que el país necesita son nuevos yacimientos de petróleo crudo, porque la agroindustria, la minería y el transporte internacional se mueven con diesel, que proviene de refinar el hidrocarburo.
En 1998, en el marco del proceso de capitalización, en Bolivia se producía un promedio de 19 mil barriles de petróleo crudo día; en diciembre del año pasado se llegó a 6 mil barriles día; y a octubre de este año a un promedio de 5.300 barriles día, es decir que hubo una reducción constante de la producción.
Fuente: Los Tiempos
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